lunes, 4 de enero de 2010

LA BANCA PRIVADA DEBE DAR EL EJEMPLO PARA COMBATIR LA POBREZA HAY QUE CREAR RIQUEZA

La Banca privada puede dar el ejemplo. La situación mundial no es para ocultar la cabeza bajo tierra como el avestruz. Tampoco para contemplaciones ni paños tibios. O se emprenden soluciones radicales que no representen desgarraduras dolorosas, o estas vendrán sin que sean muy sencillas las soluciones.
Tenemos un país joven y son muchas las expectativas de esa fresca población por ubicarse en el mercado ocupacional. He aquí el caso de nuestro estado Guárico y su pujante universidad -la UNERG-, con egresados anhelosos de incorporarse a ese mundo de la producción y el trabajo honesto. Desde su fundación hasta hoy han egresado más de mil profesionales de la ingeniería agroalimentaria preparados profesionalmente para el trabajo del agro y para lograr una Venezuela capaz de abastecerse en el sector alimentario. Liderizada por el Doctor Luís Enrique Gallardo, la UNERG bien puede establecer un convenio con el INTI; para dotar de parcelas de tierra a estos jóvenes profesionales con la garantía del asesoramiento y asistencia técnica que puede facilitar dicha institución. Asimismo otros convenios con la Banca Pública o Privada para dotarlos de créditos a bajo interés y a largo plazo, necesarios para emprender tan loables propósitos.
Estoy convencidos que la Banca Privada o Pública tiene la sensibilidad social suficiente para comprender estos desafíos del desarrollo. El poder financiero tiene los recursos y la palabra. Sin grandes esfuerzos, está en condiciones de elaborar un estudio que permita detectar ese potencial existente a flor de piel, con que cuentan tantas comunidades para valerse por si mismas, cuando se les da confianza y solidaridad.
Un considerando para que se percaten de la necesidad y de la pertinencia de un sistema de microcréditos que faciliten a los individuos y agrupaciones emprendedoras la alternativa de construir, por si mismos, mecanismos sustentables y aleccionadores para servirse y servir a los demás. Un buen propósito que podría contar con la aquiescencia y el beneplácito de toda la banca venezolana a través de un vasto operativo bien concertado, una prédica bien orientada y un buen sentido social, para que las generaciones venideras puedan decir que contaron con el aporte decisivo del mas poderoso de los sectores de la economía. No estamos diciendo nada nuevo ni original, sino enfatizando en algo que no debe echarse en el olvido. Son incontables los casos de personeros del mundo financiero que han manifestado su interés en que se aplique una política de financiamiento que favorezca a los sectores populares. Ahora se trata de que quienes tienen el sartén por el mango, sin codazos ni tropiezos, lo implementen de manera equitativa y que procure el beneficio de gran parte de sectores de la sociedad, confiando en la capacidad de cada ser humano para abastecerse a la larga con sus propios medios y sus propios recursos, una vez que han recibido el aliciente y el apoyo necesario. Confiar en nuestros semejantes es un camino cierto para una sociedad más justa y equitativa, para un país de futuro y grandeza