martes, 22 de julio de 2014



Ángelo Donnarumma el Italiano Llanero

Nació en Italia en un pueblo del sur llamado San Giorgio del Sannio tierra sannita que lucho en tres guerras contra el imperio romano el 21 de Abril de 1925, mi padre Humberto Donnarumma y mi madre Elvira Bosco, mi abuelo Ángelo un empresario agrícola productor de aceite de olivo, vino y tabaco, con una familia unida, mi infancia transcurrió como la de todos los niños. Cuando tenía 6 años, murió mi padre, mi madre siguió colaborando con mi abuelo. Estudie hasta el quinto grado. Estudie en un instituto para la agricultura ayudando a mi abuelo. En el conflicto bélico de la segunda guerra mundial me toco el servicio militar en la aviación sin ninguna participación porque fue al final de la guerra en 1943; me desincorpore de la vida militar, incorporándome nuevamente a ayudar a mi abuelo. La situación económica en Italia no era fácil, se había perdido una guerra, el país casi en bancarrota, la nación estaba en el suelo, me toco vivir bajo un régimen de ocupaciones. En 1944 termino la invasión militar e Italia vuelve al sistema libre y democrático, pero la situación sigue difícil viene la reconstrucción de la economía que lentamente se fue normalizando.  En el año 1945 se abrió la posibilidad de la emigración a varios países del Norte, Centro y Suramérica. En 1949 empecé a soñar esta posibilidad de aventura revisando varios libros para escoger el país con mayores posibilidades. Pensé en Brasil pero como tenia un primo viviendo en Venezuela, el me ofreció hospitalidad. Finalmente en el mes de Julio de 1949 me embarque en una nave que llevaba el nombre de “ANTONIOTTO USO DI MARE” un gran navegador Italiano. Con 15 días de navegación llegamos a la Guaira…al país de los sueños, aventuras y posibilidades a casa de mi primo hermano en Maracay. Al día siguiente empecé a buscar trabajo para no cargar mas gastos a mi primo, efectivamente en 3 días conseguí trabajo como ayudante  en la construcción, después con otro paisano conseguimos un trabajo pintando casas y edificios; en esa época Venezuela estaba en pleno desarrollo, grandes obras se encontraba en marcha en todo el país. Esa época jamás volverá. Pensando en mejorar mi situación me trasladé a Caracas donde conseguí trabajo en los primeros edificios que estaban construyendo en Coche. En 1950 llego mi hermano que era carpintero profesional y en poco tiempo montamos una carpintería en la Calle Cajigal en el valle. Por la avenida principal pasaban todos los autobuses que iban hacia los Valles del Tuy; a mi me llamo la atención que varios autobuses decían “OCUMARE”, pensando que ese sitio  tenia zona marítima un día decidí visitar el pueblo o ciudad, llegando a la plaza en una esquina decía “HOTEL ITALIA” conversando con el dueño sobre el mar que no existe, le comente que en caracas tenia una carpintería y le pregunte si en ese lugar había posibilidad de instalar una;  el hombre respondió que seria una buena idea ya que allí no existía nada de eso. Ese mismo día comencé a buscar un local, caminando llegue a la Avenida Bolívar vi a través de un zaguán cuya puerta  estaba medio abierta, observe un espacio bastante grande y  me entreviste con una señora; dueña del lugar; preguntándole si existía posibilidad de alquilar el local, a ella no le pareció mala la idea pero primero tenia que hablar con su marido que era quien tomaba las decisiones. Este acepto y nos pusimos de acuerdo en el precio de alquiler; inmediatamente comenzamos los preparativos del traslado a la nueva ciudad con las pocas maquinarias y madera que tenia para ejecutar algún trabajo, la verdad al principio fue dura pero el sacrificio fue recompensado.   Un sábado en la tarde la dueña del local me presentó a su hermana; las cosas de la vida; hoy es mi esposa. La situación fue mejorando con el tiempo,  pero yo,  siempre pensando en nuevos horizontes y buscando independizarme de mi hermano, le tomé la palabra a un amigo que me hablo de una ciudad llanera, capital de estado, llamada San Juan de los Morros, un estado de mucha cacería y pesca, lo cual me entusiasmo a visitar dicha ciudad.

*** Rumbo al Guárico atravesando los pueblos mirandinos la carretera era de tierra y estaba en muy mal estado; muchos pasos de ríos estaban sin puente. La entrada de San Juan era bastante triste, por las calles sin pavimento cementado y los rancheríos existentes. Entrando al centro me sorprendió el gran Sanjuanote imponente con la Plaza Bolívar; el palacio Legislativo y la Catedral. Dando una vuelta por el pueblote; la mayoría de las calles existentes eran de tierra, el servicio eléctrico no era muy bueno y el agua en tiempo de lluvia era puro barro; pero mi misión era investigar la posibilidad de instalar una carpintería, toda la información recabada dio como resultado que había solo una carpintería el taller de ebanistería del Maestro Araujo.

Casi al final del año 51 volví otra vez a visitar San Juan de los Morros, esta vez ya decidido a trasladarme a esta ciudad. Almorzando en el Hotel Roma, hablando con la dueña, le planteé  mi interés de instalar un taller de carpintería en San Juan, cual fue mi sorpresa, la señora propietaria del hotel Roma me ofreció un corral con salida a la otra calle y la oportunidad de pagar el alquiler completo con trabajos de carpintería, haciéndole mesas de noche y camas. Comencé entonces otra emigración para otro Estado de mi preferencia, por la cacería y la pesca. Mi primo y yo cargamos todo en la camioneta rumbo a San Juan de los Morros, haciéndole trabajos a la dueña del Hotel.    

Con el tiempo fue mejorando la situación económica, el progreso llegó también a la provincia; había mucho trabajo; el local se hizo pequeño y tuve que buscar otro mas grande y meter mas maquinas y mas obreros.

***La situación económica estaba en pleno desarrollo el gobierno había decretado la transformación del país. Llegaron emigrantes de todos los países; se necesitaba mano de obra calificada y había oportunidades para todos. En Caracas se hacían obras de importancia por todas partes.

Me vi obligado a buscar otro local más grande; la suerte siempre estaba a mi lado. La llamada señorita Flor Manuitt me ofreció una casa en la Avenida Bolívar, un caserón con muchos cuartos que transformé en un gran local para trabajar cómodo pero me surgió otro problema, había mucho trabajo y me faltaba obreros calificados y algo de maquinaria adecuada para la elaboración de puertas, ventanas y muebles en general.

 Me vi obligado en la necesidad de comprar mas maquinas la cuales adquirí a crédito y que puntualmente cancele.

El progreso llegó también a la provincia, los servicios mejoraron, la Colonia Italiana aumentaba todos los días; muchos emigrantes llegaron con toda su familia e instalaron  varios negocios: carnicería, panadería, hotel, sastrería, Barbería, carpinteria y hasta un Banco, que se llamó Italo-Venezolano.

En el año 1953 me casé con la Ocumareña Mirandina Evelia Moreira de cuyo matrimonio nacieron (03) tres hijos: Humberto, Mariela y Ninoska; tres profesionales al servicio del país

En ese mismo año la Colonia Italiana la más numerosa, necesitaba un local para las reuniones y el esparcimiento  por lo que fundamos el Ital Club, hoy Centro Italo-Venezolano.

El gobernador del estado Guárico Dr. Emigdio Medina Ron un admirador de la colonia Italiana por el aporte  de la transformación de la Capital  y de todo el Estado Guárico por el impulso dado al desarrollo invito al embajador de Italia Dr. Giusto del Giardino a visitar la capital para que viera la borosidad de sus paisanos residenciado en esta tierra de oportunidad

En 1969 fui electo presidente por unanimidad de la cámara de Comercio, esto me obligo a trabajar a tiempo completo para darle mas impulso a la institución. La primera cámara de comercio fue fundada por el Sr. Lucio Pérez Correa de la cual fui principal protagonista por esta otra razón  estuve obligado a trabajar en la lucha de nuestra cámara.

Durante los 50 años de la institución fue la UNIVERSIDAD DE LA VIDA para todos los que tuvimos el honor de presidirla, nos enseño a unirnos para tener una institución fuerte y capaz de lograr soluciones en favor de nuestra comunidad.

En lo personal he sido un sanjuanero mas amo a este pueblo como a mi terruño natal, hasta mi madre esta enterrada en esta noble tierra, todo lo que tengo lo debo a mi trabajo y a la generosidad de este noble pueblo el cual me acogió como hijo adoptivo. He creado varias empresas tenemos el honor de haber construido el primer edificio de diez pisos con dos ascensores para la comodidad de los usuarios, además hemos construido un centro comercial denominado “Vía Veneto Boulevard” con estacionamiento propio orgullo de San Juan, Mueblería la Rápida C.A “empresa de servicios”, Centro Comercial Torrionni Sannita, Industrias Camatagua “fabrica de parquet”, estación de servicios 1er festival,  Edificio Torre Tauro, la fundación del Diario El Nacionalista, entre otras se creo un premio estimulo estudiantil en el LICEO JUAN GERMAN ROSCIO con mas de 40 años ininterrumpidos. Fuimos fundadores del comité pro universidad Rómulo gallegos, editor del primer libro Juan German Roscio el máximo constitucionalista de Venezuela junto con el Dr. Adolfo Rodríguez, editor del libro 33 años de la fundación UNIVERSIDAD RÓMULO GALLEGOS.
 
En el Capanaparo
 Evelia Bosco (Madre de Ángelo)
 Nino Turlini Y Ángelo Donnarumma en el Rio Portuguesa



Fuerza Aerea Italiana en 1946





Ángelo Donnarumma, José Ramos Izzo y Antonio Donaire, Caza en Tiznado
Ángelo Donnarumma Bosco 
 Caza de Pato Real en laguna de Caicara
 Ángelo Donnarumma, Mauro Infante y Vito Calandriello en Capanaparo
 Humberto Donnarumma (Padre de Ángelo)


 El Embajador de Italia Dr. Giusto del Giardino, el gobernador del Estado Guárico Dr. Emigdio Ron, el Secretario General del Gobierno Dr. Moreno, Eduardo Larriba Director de Administración del Estado, Eduardo Irazabal Prefecto, Augusto Márquez Jefe de la Oficina de Identificación; entre otras personalidades del Estado Guárico. Por la Colonia Italiana Ángelo Donnarumma Bosco, Mario de Zorze, Pietro Scala, Giusuppe Terranova, Nino Surlini, Remo Lazarini, Vicente D´abrille, Rafael Galasso, entre otros